¡Hola!
¿Cómo estás?
Y no es una pregunta retórica; te pregunto de nuevo: ¿cómo estás?
Muchos respondemos a esta pregunta con un simple “bien, gracias”, pero no nos tomamos el tiempo de pensar realmente cómo nos sentimos en ese momento.
Y este estado de “inconsciencia” se replica en muchos otros escenarios (seguro te suena alguno):
Este estado de “inconsciencia” se llama mindlessness, en inglés.
Sí, suena mal, pero tranqui… no hay nada malo en vos.
De hecho, es más común de lo que creés, y se manifiesta en diferentes tipos de perfil:
Por fin lograste alcanzar esa meta que parecía imposible en el trabajo, pero no lográs disfrutarlo por completo, porque ya estás pensando en qué vas a hacer después, cómo podés mejorar, cuál es el siguiente paso… Hasta que no consigas X, no vas a ser feliz.
Estás pasando un lindo momento con alguien que amás (una pareja, un amigo, un hijo…), pero tu cabeza está dando vueltas a una conversación pasada que pensás que no fue del todo bien (como si fuera que pudieras cambiarla, ¿no?)
Las cosas no están saliendo como previste, y el estrés y la ansiedad se han convertido en protagonistas de tu día a día. Y así, terminás “explotando” por alguien más que no tenía nada que ver, y ahora te sentís mal por haberle gritado sin razón.
¿Te suena familiar alguno?
Te dije, ¡no sos la única persona que se siente así!
Nada de sentirse un “bicho raro”. 😉
Pero ojo, que sea común no significa que sea sano ni sostenible. Tanto vos como las relaciones que te importan están en peligro.
El vivir permanentemente en el futuro, dando vueltas y vueltas al pasado, o intentar controlarlo todo puede llevarnos al límite.
Y la clave para salir de este círculo la tenemos frente a nosotros: AQUÍ Y AHORA.
Ahí fue que me crucé con una disciplina que parecía poder sacarme de esa espiral viciosa de estrés, ansiedad, tensión y tristeza: el Mindfulness (que, en inglés, significa “atención plena”; es lo contrario al estado de “inconsciencia” del que hablamos antes).
¿Solucionó mis problemas automáticamente?
No.
⚠️ (Las pildoritas mágicas solucionadoras de problemas no existen).
Pero algo dentro de mí sintió que ese era el camino.
Seguí… y aquí estoy.
Aquí y ahora.
Me di cuenta de que estaba chocando contra la misma pared una y otra vez. Aprendí que el hecho de aceptar me empoderaba, y me daba la oportunidad de decidir que hacer a partir de ahí.
Aprendí a fortalecerme desde la raíz, y hoy siento que estoy creciendo más que nunca, disfrutando de cada momento y tomando decisiones conscientes (ya no en piloto automático).
Ahora bien, mi estudio del Mindfulness no se limitó a escuchar unas meditaciones improvisadas y ya.
Tras años de formarme y certificarme (podés ver mis certificaciones más abajo) hoy me dedico a enseñar; pero no enseño lo que “dicen por ahí que es el Mindfulness”, sino lo que hizo el Mindfulness por mí.
Desde la experiencia, y desde la ciencia.
El Mindfulness NO es:
❌ Sentarse durante horas para intentar poner la mente en blanco.
❌ Una religión, o un movimiento espiritual/mágico/sobrenatural.
❌ Una forma de apartarse de la realidad, o de enajenarse.
Todo lo contrario.
Se trata de un conjunto de herramientas sencillitas, pragmáticas y 100% aplicables al día a día que nos ayudan a que:
✅ Controlemos los pensamientos que provocan nuestras emociones.
✅ Sepamos identificar qué estamos sintiendo, y qué repercusiones tiene eso en nuestro cuerpo.
✅ Salgamos de “pilotos automáticos” y empecemos a vivir más en el presente.
Y para ello, se utilizan protocolos.
El que utilizo (y enseño) es un programa basado en el protocolo MBSR, pero con énfasis en la compasión.
Son las siglas para Mindfulness-Based Stress Reduction, o Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena (desarrollado en 1979).
Inicialmente, este protocolo fue pensado para el control del estrés, pero se probó que también beneficia a personas con:
Este protocolo se desarrolló en hospitales —con ambientes controlados— con pacientes internados y ambulatorios, y con sesiones largas (de hasta 4 horas) más retiros de silencio.
Mi programa está basado en este protocolo, pero lo adapté para que sea más corto y para que incluya también un proceso de autoconocimiento, de aceptación, de compasión a uno mismo y a los demás, y con ello ir reduciendo el estrés y la ansiedad.
En este programa hacemos sesiones de 2 horas repartidas en 8 semanas, y trabajamos diferentes técnicas:
La idea es que vayas experimentando diferentes formas de encarar la práctica y encuentres la que te va mejor.
Y lo hacemos en equipo.
¿Por qué de manera grupal? Porque uno de los componentes más importantes de este protocolo es la humanidad compartida: el sentir que los demás te escuchan, que te comprenden, e impulsarte a través de los demás cuando todos asumen el compromiso de avanzar JUNTOS con las meditaciones y los ejercicios.
Y creéme… te sentís menos “bicho raro” compartiendo con los demás. 😉
Unite a mi grupo de WhatsApp y accedé a videos cortitos, audios, meditaciones guiadas, tips de mindfulness y compasión, y además ofertas especiales y accesos anticipados a cursos y talleres.
Prometo mensajes breves y útiles, pensados para acompañarte en tu día a día, sin llenar tu celular de notificaciones.
Puedo darte referencias a muchísimos estudios científicos que prueban la eficacia del Mindfulness (los comparto en el grupo de WhatsApp y podés pedirme más si quisieras), pero la mejor manera de comprobarlo es probando por tu cuenta.
El Mindfulness es una herramienta muy versátil, y el enfoque que le doy yo a la práctica es que puedas encontrar cuál de las herramientas te va mejor a vos.
La pregunta es: ¿qué es mejor? ¿Seguir así como estás ahora o probar una alternativa?
Solo tener la mente abierta y mucha curiosidad. 🙂
Para nada, no se trata de una práctica religiosa.
Se trata de una filosofía de vida que es compatible con cualquiera que sea tu religión o espiritualidad.
Incluye materiales, como las meditaciones que se hacen en cada clase, videos de ejercicios y material de trabajo para la casa.
No incluye recuperación de clases ni sesiones individuales.
Sé que podrías pensar que “no tenés tiempo” para esto.
No lo voy a negar: este protocolo requiere compromiso.
Pero si no podés hacer ese compromiso con tu propio bienestar, ¿quién lo va a hacer? Hoy está en tus manos tomar la decisión de hacer ese compromiso.
Si me preguntás cómo sacarle el mayor provecho a esta herramienta, la respuesta es sí: es necesario asistir a las 8 sesiones.
Este protocolo no es para personas que creen que el Mindfulness hace magia y que soluciona todos los problemas en un abrir y cerrar de ojos.
Ni para personas que piensen que no tienen que poner nada de sí.
De nuevo, es un protocolo de 8 semanas, que no pueden saltarse ningún día, por eso es que se necesita un compromiso real por parte de los que hacen el curso.
Por otro lado, no es un protocolo indicado para personas con patologías psiquiátricas, adicciones o que estén bajo un tratamiento psicológico o psiquiátrico, a menos que el profesional tratante lo recomiende por escrito.
Dependiendo del lugar en que se lleve a cabo, el precio varía. Lo voy informando por WhatsApp a medida que lo sepa.
Te hablo de salir del piloto automático y empezar a disfrutar al 100% de los momentos con tus seres queridos.
De dejar de rumiar el pasado y dejar de pensar en el futuro, esperando ser feliz alguna vez y siendo feliz AHORA.
Podés gastarte un montón de dinero en “remedios temporales” (alcohol, comida, cigarrillo, compras compulsivas, lo que se te ocurra), o invertir tu tiempo y tu compromiso para tratar el problema de raíz con las herramientas que te estoy ofreciendo en este momento.
El primer paso es completamente gratis, y es unirte a mi grupo de WhatsApp. 🙂
PD2: Como te lo prometí más arriba y por si te interese, podés ver mis certificaciones aquí abajo.
Irinaarbo.com – by Kytufina ☂️ Políticas de privacidad – Políticas de cookies
Irinaarbo.com,
by Kytufina ☂️