¿Te dormiste al meditar? ¡Te doy la bienvenida al club! 

Si al cerrar los ojos sentís que te estás durmiendo… ¡no significa que estás meditando mal!

A veces, simplemente, el cuerpo aprovecha el primer momento de quietud del día para descansar.

Dormirse durante la meditación no es un signo de falta de concentración, sino una señal de cansancio.

En este artículo te cuento: 

  • Por qué pasa esto.
  • Cómo distinguir entre relajación y sueño.
  • Y qué podés hacer si te sucede seguido.

Lo más importante es recordar que el descanso también forma parte del cuidado, y que incluso si te dormís, tu práctica sigue teniendo valor.

Qué significa cuando te dormís meditando

Dormirse al meditar no es un error ni una señal de que “no te sale”.

En realidad, es una reacción muy natural del cuerpo cuando encuentra un momento de pausa después de mucho tiempo en modo de alerta. 💤

👉 Durante el día, el sistema nervioso simpático (el que nos mantiene activos y atentos) está encendido casi sin descanso.

👉 Cuando empezamos a practicar mindfulness, ocurre lo contrario: el cuerpo cambia al sistema parasimpático, que se encarga del descanso y la recuperación.

Esa transición puede sentirse como una ola de sueño… y eso está bien. 🌙

En muchos casos, dormirse durante la meditación es simplemente una señal de fatiga acumulada. Nuestro cuerpo aprovecha cualquier espacio de quietud para recuperar energía, algo que rara vez le permitimos durante el día.

Así que si te dormís, no te juzgues.

Tal vez en ese momento lo que más necesitabas no era “más concentración”, sino descansar.

¡En este video te hablo sobre esto! 👇

Qué hacer si te dormís seguido al meditar

Si notás que te dormís con frecuencia, no te preocupes: hay maneras sencillas de ajustar la práctica para mantenerte más alerta sin perder la calma. 🌞

Algunas ideas que podés probar:

  • Cambiá el momento del día. Si meditás muy tarde o justo después de comer, es probable que tu cuerpo esté más cansado. Probá hacerlo por la mañana o en un horario en el que te sientas más alerta.
  • Meditá en una silla, o incluso de pie. A veces el cuerpo asocia la postura recostada con el sueño. Mantener la columna erguida ayuda a sostener la atención.
  • Abrí los ojos unos segundos. Podés mantener una mirada suave, sin fijarte en nada en particular, para evitar que la somnolencia te lleve.
  • Dormí mejor. Si el sueño aparece apenas te sentás, quizás tu cuerpo te está diciendo algo más simple: “Necesito descansar”.

La práctica de mindfulness no se trata de luchar contra lo que ocurre, sino de aprender a escucharlo.

Y si lo que necesitás es dormir… ¡entonces eso también es parte de tu autocuidado! 💛

Cuidarte también es meditar

Dormirse durante la meditación no es una señal de fracaso; es un recordatorio amable de que el descanso es parte del camino.

Cada práctica —aunque sea distinta a lo que esperabas— te enseña algo sobre vos y sobre cómo estás realmente.

Si querés seguir aprendiendo a practicar mindfulness y compasión de forma amable y realista, te invito a unirte a mi comunidad de WhatsApp.

Allí comparto meditaciones guiadas, reflexiones y herramientas para cuidar tu bienestar día a día.

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